Soy el que mira frío a la gente sin remordimientos, apago las esperanzas de quienes se atreven a acercarse. No exagero, soy una persona con un potencial gigante para hacer felíz o desgraciada a las personas que me rodean, les hago creer que el sueño está ahí, al alcance de todos y el amor se encuentra no solo en las manos de una figura brillante. El amor está en todo, en lo que hacemos y lamentamos, en cada desición mal tomada veo el amor mal direccionado, actuando estupidamente como una pistola cargada sin sentido. Nos sentamos y vemos pasar lo que todos hacen, esa es la tarea: ver vidas arruinadas cayendose a pedazos solas: si no son felices, no son inteligentes. ¿Tengo el poder para juzgar? posiblemente si, como todos, tan solo yo sé callar y odiar en secreto.
Y el poder no cae en manos malas, es el eje del sentido que nos da la vida.
La transición que me gané
jueves, 12 de noviembre de 2009
Publicado por F•E en 20:58 0 comentarios
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